Apuesto a que mi María
tiene el codo lleno de soledad.
Por eso, dedico esta pequeña oración
para que ella pueda dormir un poco.
No dejes que su rostro
se despelleje bajo sol;
y no dejes pasar
cuando eso toque tu puerta...
la Soledad, la Soledad.
A veces se siente
como si tuvieras los brazos
más vacíos del mundo entero.
Intentas darle sentido,
pero el absurdo regresa siempre.
Caballos dormidos
se siguen comiendo tus flores.
No lo dejes pasar
cuando toque a tu puerta...
La Soledad, la Soledad.
La Soledad tocó a mi puerta.
Ella dijo: "He llegado a odiar mi cuerpo
y todo lo que en el mundo requiere".
Apuesto que estás emborrachándote
junto a tus amigos,
hasta que eso vuelva a encontrarte
otra vez, en el baño de una gasolinera...
La Soledad, la Soledad.
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