Dame tus ojos
y tal vez vea al ciego
que besa mis manos.
El sol canturrea;
mi cabeza se vuelve polvo
mientras él, de rodillas,
toca su música.
La arena y el mar crecen.
Cierro los ojos...
Me muevo lentamente
entre olas que ahogan,
y al fin desaparezco
en un día extraño.
Y me río, a la deriva en el viento.
Ciego, bailo en una playa de piedra.
Acaricio los rostros mientras esperan el final.
Un silencio repentino atraviesa el agua...
Y aquí estamos otra vez.
La arena y el mar crecen.
Cierro los ojos...
Me muevo lentamente
entre olas que ahogan,
y al fin desaparezco
en un día extraño.
Mi cabeza cae hacia atrás.
Las paredes se derrumban.
El cielo y lo imposible explotan.
Retenida por un momento,
viene a mi memoria una canción,
una impresión de sonido...
Entonces todo se pierde para siempre,
en un día extraño.
martes, 3 de septiembre de 2019
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