martes, 3 de septiembre de 2019

Red lights- Luca Prodan

Seis o cuatro brazos... 
Aborrezco el sonido del timbre en la puerta. 
Pero aunque lo sepa, seguramente no signifique nada.
Aun así, checo si podría escabullirme 
por el revestimiento del edificio.
Ellos podrían regresar por mí, 
y yo podría saltar cuatro metros 
hacia el sucio patio que da a la calle.

Las luces rojas me deprimen.
Los automóviles blancos dejarán que me muera.
Y tú, dulces ojos azules, 
haces que esconda un poco mi ceño arrugado...
Te amo.

Y aquí estoy, en una celda de doce metros. 
No es exactamente un paraíso, 
pero tampoco es un infierno viviente.
Mis compañeros de celda vienen de Nápoles, 
tienen un fuerte olor corporal 
y juegan a las cartas hasta las 2 de la mañana. 
Saber cuál es el demente es mi lugar en este juego, 
que sostiene la cara de un enojado Dios del susto.
Y estoy bien por dentro, pero de cabeza por fuera. 

Las luces rojas me deprimen.
Los automóviles blancos dejarán que me muera.
Y tú, dulces ojos azules, 
haces que esconda un poco mi ceño arrugado...
Te amo.

¡Qué chistoso!
¡Qué divertido!
¡Qué situación!
¡Qué risa!
Lo único que extraño es mi patito de hule en tu bañera.
Como, duermo y pienso detrás de estas rejas.
Pero o estoy seguro dentro de esta especie de capullo, 
o moriré en cualquier lugar un día de estos.

Las luces rojas me deprimen.
Los automóviles blancos dejarán que me muera.
Y tú, dulces ojos azules, 
haces que esconda un poco mi ceño arrugado...
Te amo.

No hay comentarios:

Seguidores