Ven aquí, no es tan malo, nena.
No pretendo entender los problemas que has tenido.
Pero los perros que dices que te alimentaron
ahora descansan en tu regazo sus hocicos,
y los leones que te transportaron
se acuestan a tomar una siesta.
Viento y aire son lo único que temes,
y yo te amo sin mesura.
Parece que podemos ser felices finalmente:
más vale tarde que nunca.
Ven aquí cariño,
ven conmigo.
Los pesos que cargas no son de tu invención.
No lloremos pues por sus fines malvados,
sino por su falta de imaginación.
Hoy es tiempo para ser valientes,
quizá mañana sea tiempo de perdonar.
Pero si él te toca de nuevo con sus estúpidas manos,
su vida no será digna de continuar.
Ven aquí cariño,
ven conmigo.
Camina bajo las estrellas a mi lado,
es un placer claro y sencillo.
Y sé feliz cuando estés conmigo,
porque yo te amo sin mesura.
Camina bajo las estrellas a mi lado,
es un placer claro y sin peligros.
Parece que podemos ser felices finalmente:
es tarde, pero no es nunca.
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