Tienen órdenes
respirando por sus cuellos.
Yo tengo los motivos,
pero no soy un mal tipo.
Los teléfonos se vuelven langostas,
suenan en el cobertizo.
Encontré una columna vertebral
bien clavada en mi cuello.
Eran las 6 ó 7,
iba atrasado, pero ya me conoces.
Alcancé la caravana de coches
y llevaba en mi mano la suerte.
Planeo no dormir esta noche;
el sol se mutila contra mi auto.
Conmigo tu secreto
está bien resguardado:
ellos nunca sabrán tu paradero.
Ata las bolsas, sella la cubierta
alrededor del carrusel de cromo,
seguido vertiginosamente
por hienas de la deuda.
Para llenar el tiempo,
prendiste debajo de mí un incendio.
Eran las 6 ó 7,
iba atrasado, pero ya me conoces.
Alcancé la caravana de coches
y llevaba en mi mano la suerte.
Planeo no dormir esta noche;
el sol se mutila contra mi auto.
Conmigo tu secreto
está bien resguardado:
ellos nunca sabrán tu paradero.
Mi vidente, mi orgullo;
en tus ojos mi vida
permanece encendida.
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