¡Oh, mi desesperanzado errante,
no puedes entrar en este sitio,
tú ya no vives aquí!
¡Vete, espeluznante conjurador,
que has tocado el borde de la casa,
cuyas manos están en la puerta!
Necesito un alivio.
Mis labios no se mueven.
Mi Dios está taciturno.
Dibujado con tiza
sobre el suelo.
Hiciste tuya
la entrada privada a mi cuarto.
¡Que los que contigo se topen
encuentren el remordimiento!
Un cambio de curso,
una extraña discordia resuelta.
Necesito un alivio.
Mis labios no se mueven.
Mi Dios está taciturno.
Yo te destierro con amor...
No puedes entrar en este sitio,
tú ya no vives aquí.
jueves, 20 de febrero de 2020
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