Me vuelvo menos definido
mientras los días van pasando.
Casi he desaparecido;
podría decirse que estoy mal enfocado;
perdido a la deriva en los términos abstractos
en los que me veo a mí mismo.
A veces incluso creo que puedo ver a través de mí.
A veces incluso puedo ver a través de mí.
Pero encajar en el mundo,
este mundo que es tuyo,
cada vez me importa menos.
En realidad no es tan importante.
Nada de esto es tan importante.
Estoy solo, pero siempre estuve así,
al menos desde que recuerdo.
Y es porque, para empezar, tú nunca exististe,
sólo fuiste alguien que inventé para herirme...
¡Y funcionó! Vaya que lo conseguiste.
No existes tú, solo existo yo,
tú no chingados existes, solo existo yo.
Solo, solo, solo, solo...
Un pequeño punto llamó mi atención,
lo comencé a rascar y se hizo una excoriación.
Y tuve el presentimiento de que al hacerlo me dañaba,
pero no podía dejar de tocar la costra y arrancarla.
Era como una puerta
que trataba ella misma de permanecer cerrada,
hasta que yo comencé a escalarla.
Y ahora estoy en este lugar en el que no debiera,
viendo cosas que no debería ver;
y ahora sé por qué, ahora sé por qué
las cosas se ven más bonitas desde afuera.
No existes tú, solo existo yo,
tú no chingados existes, solo existo yo.
Solo, solo, solo, solo...
lunes, 3 de marzo de 2014
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