un extraño tipo de sensación
nada a través de tus ojos.
Y como puertas que dan a un vasto dominio,
tus ojos se abren hacia tu premio.
No es un suelo de terror
o un lugar para la rabia;
no hay aquí corazones rotos
ni mentiras blanqueadas;
sólo un gusto por la verdad,
perfecto gusto de elección y significado:
una mirada a tus ojos.
Cegado por la sola piedra preciosa,
una sonrisa desde el ceño le da vueltas.
¿Debería irse o quedarse?
Déjalo gritar una rabia tan fuerte,
una rabia que no conoce bien ni mal,
y que se lleve un pedacito de ti.
No hay término medio,
o al menos eso parece.
Deberíamos tomarlo o dejarlo pasar,
pero en vez de eso nos derrumbamos
para uno o para el otro lado:
para amar o para odiar.
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