Sostén mi cabeza:
saltaremos al fin
en trampolín
a través del techo,
a un lugar cercano
pero alejado en el tiempo.
Velouria:
con su cubierta aterciopelada
ella es una profesional de los viajes;
hecha toda de pana,
ella se mueve realmente...
Yo te adoraré, mi Velouria.
Dime dónde has estado este tiempo,
¿finalmente atravesaste el techo?
¿Y cómo es que la piel de un lemur
refleja el mar?
Vamos a vadear
en el brillo de lo eterno,
vamos a vadear
en el brillo de lo eterno,
vamos a vadear
en las olas del verano,
cada verano, mi Velouria.
Por siempre floreciente,
sé que ella está aquí, en California.
Puedo observar sus lágrimas
en el resplandor del monte Shasta...
Yo te adoraré, mi Velouria.
miércoles, 4 de junio de 2014
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