Ven a mi casa terrena
si quieres que reúna de nuevo
aquellos viejos sentimientos.
Ven a mi rica, a mi buena
casa terrena si quieres
que le enseñe a tu esposa
una o dos cosas.
Ven alegre
a este sitio prohibido
y enseña a tu esposa
una nueva forma
para hacer crecer chicos.
Te tomaré de la mano
y te mostraré perlas
con estas sensaciones,
las mismas
que hacen crecer
chicas bonitas.
Lavaré tus pies
un par de veces al día,
hasta que tu viejo dolor
se desvanezca.
Dejarás en mi sofá
algunas gotas de miel,
yo dejaré un par de billetes
en tu bolsa.
Mi casa terrena
es la más rica del pueblo.
Compadezco a los muertos
que ante mí fruncen el ceño.
Así que ven a mi casa terrena
y aprende lo que valen
apenas unos billetes doblados
a cambio de aprender la Tierra.
Te besaré de formas
naturales y extrañas.
Entonces tu esposa
descubrirá que los besos
son buena paga.
Dos veces al día
te lavaré en mi bañera,
diez veces al día
acariciaré y frotaré
tu piel.
Llámame prostituta,
también puta,
pero yo hago esos trucos
a los que tu esposa se niega.
Juro por todas mis biblias
que no te arrepentirás;
no he visto todavía
a un hombre que se arrepienta.
Te amaré una vez
para enseñarte en la vida
todas las cosas
que hacer con tu esposa.
Tu esposa debe sentirse
feliz y orgullosa
de mí, por despertar
este par de cosas que ves.
Mi casa terrena
cae en gotas,
rodeada de vino,
con un montón de formas distintas
de venir a este lugar.
Si vienes,
estaré feliz de verte.
Pero si no vuelves,
estaré feliz de que no me necesites.
He terminado mis rojos,
ardientes besos.
Sé que ya despierta
la somnolienta
enfermedad en tu alma.
jueves, 23 de junio de 2016
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