Mi primer recuerdo
consiste en sostener una bengala
en lo alto del oscuro cielo
espectacular de un Cuatro de Julio,
sacudiéndola con una urgencia
que nunca seré capaz de repetir.
Podría ser acusado por momentos
de ser dolorosamente nostálgico,
pero últimamente estoy viendo al futuro,
aunque nunca he sido muy planificador
y arrojo las precauciones al ventilador.
Capturo igual que los colectores lo hacen.
Ustedes, observadores en escrutinio,
no cuenten mis cicatrices como anillos de un árbol:
mi disposición de rompecabezas,
mis propiedades fragmentarias,
serán igualmente fumadas o curadas con miel
por el pánico puro.
domingo, 5 de junio de 2016
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