Es toda una apuesta
hablar fuera de tiempo;
cosas así podrían matarte,
pero tu rostro también podría.
Las cosas que me interesan
pagan una renta muy pequeña;
porque la afición
hace que el corazón
se vuelva ausente.
Estas cosas que digo
podrían parecer crueles,
así que aquí te va algo
dicho desde el corazón:
al verte me acuerdo del sol
y de lo jodidamente afortunados
que son los ciegos.
Los agujeros de tu rostro
podrían tener un mejor uso;
la respiración es una distracción
cuando intentas mantener
una conversación.
Estas cosas que digo
podrían parecer mentiras;
demasiado arriesgadas
o sensacionalistas...
Pero mucha gente recuerda tu nombre
cuando se remonta
al aburrimiento de la memoria.
Estas palabras podrían parecer ofensivas,
pero no son ni siquiera la mitad de lo que me gustaría.
Escucharte me recuerda
al zumbido intermitente de un motor
y a lo jodidamente afortunados
que son los sordos.
(Sería feliz si llegara al estado
de no necesitar mis sentidos nunca más.)
Estas cosas que digo
podría parecer fuera de sitio,
pero día tras día tengo razón:
mirarte me recuerda
a mirar el sol durante largo tiempo.
Descubrirás
que de cualquier instante a otro
estarás hablando de ti mismo
junto con todos los demás.
Entonces despreciarás
la mirada de sus ojos;
será difícil decir
si no son los tuyos propios.
Y lo cierto es que luces muy bien,
siempre y cuando no te importe
ese agujero enorme
en medio de tu cara:
un agujero negro
fuera de lugar
y fuera de tiempo.
Es un verdadero aprieto
poder decir algo inteligente
cuando un silencio se hace presente.
domingo, 5 de junio de 2016
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