Esa niña mujer de piel morena,
de ojos azules y de sonrisa blanca
no me está dejando dormir tranquilo.
¿Será que ella no sabe
que yo permanezco despierto
pensando en ella a cada momento;
y que a cada rato me asomo a la ventana
esperando poder mirar, maliciosamente,
su piel morena, sus ojos azules,
su sonrisa blanca, y en fin,
todo su cuerpo entero?
¿Será que cuando me quedo despierto
pensando en ella, ella también piensa,
maliciosamente, aunque sea un poco en mí?
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