Todo mundo miente, ¿por qué tanto escándalo?
Es imposible saber qué lleva y que no lleva sello.
Fe son las mentiras que nos contamos a nosotros mismos.
Vida son las mentiras que le decimos a los demás.
Historia es una cadena florida de mentiras.
Los humanos aman la distorsión...
El registro público es un recurso poético.
Estropeado, fuera de toda proporción,
veo el color rojo y digo "rojo".
Todos los demás ven el color y dicen "rojizo".
Todos decimos que hasta no ver no creer,
pero muchas cosas ocurren en medio
de la luz que golpea al ojo.
Y la asimilación de datos en la consciencia
es un simple haz de luz que se quiebra,
oscureciendo las anomalías de la lente,
distorsión eléctrica a lo largo del nervio óptico.
Pero más misteriosos son los osmóticos magnéticos
que chapotean por dentro del pretencioso conmutador
de filtro grisáceo que es el cerebro.
Tras kilómetros de áspero camino, el equipaje vital
es sacudido y arrojado fuera del camión.
Todos lo ven desde cierta perspectiva.
Todos lo saben porque sólo ellos pueden saberlo.
Y todos tienen cosas que sólo ellos pueden ver.
El entendimiento se descompone.
Golfos en un acuerdo de desarrollo.
Los términos concretos se desmoronan.
Todos definimos las cosas y etapas de nuestros mundos
con cortas etiquetas y generalidades populistas.
Todos sabemos que una rosa es a veces una rosa.
¿Pero qué pinche color es éste? ¡¿Qué pinche color es éste?!
Todos embustimos: los mitos son entretenidos.
Las ilusiones son alentadas y/o arraigadas encubiertamente.
Fe son las mentiras que nos contamos a nosotros mismos.
Vida son las mentiras que le decimos a los demás.
Conocimiento es una cadena florida de mentiras.
Los humanos aman la distorsión.
Civilización es un jolgorio de disfraces...
Cultura por coerción...
miércoles, 17 de enero de 2018
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