Fui a la orilla del río
a reunirme con la viuda.
Ella me dijo una manzana,
era roja.
Dormí entre sus negros brazos
durante un siglo.
Ella no quiso nada a cambio.
Yo no le di nada a cambio.
El fantasma de su marido,
hermoso como un caballo,
empujó una carreta llena de manzanas,
para nosotros.
jueves, 4 de febrero de 2016
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