Salí por la puerta trasera,
con la pistola humeante
del amante de mi mujer.
No sabía qué esperar,
salí corriendo a la carretera.
Yo era tu amante,
yo era tu hombre,
nunca hubo nadie más...
hasta que llegamos por esta carretera.
No te he enviado cartas, Ma,
pero estoy teniendo un buen viaje.
El mundo gira debajo de mí,
las pistolas arden en mi cadera.
Tú eras mi amante,
tú eras mi amiga,
nunca hubo nadie más
(espero que lo entiendas)...
hasta que llegamos por esta carretera.
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