Un día tu estrella brillará de nuevo,
a través de profundos cielos
de azul terciopelo.
Brillará para el mundo entero;
en tus ojos el universo.
Cuando allá afuera
ruja furiosa la tormenta
y los perros aúllen tu nombre,
acuéstate, duerme, yo te besaré.
Tu estrella brillará de nuevo.
Calma, querida, ya no llores.
Estaré a tu lado hasta el amanecer.
Toda la noche miraré los cielos.
Y tu sol distante
brillará como la pistola
que se apoya
entre los ojos de tu padre.
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