El insomnio me encuentra en la cocina
con tostadas de queso y una mezcla de expresso.
Estaría más cálido y contento cuchareando en la cama con mi amigo,
pero esto ya me resulta familiar, a la misma hora y en el mismo canal.
Dejé la calidez y los brazos atrás por la compañía de mi pluma.
Se siente diferente a antes, porque esta vez creo que estoy bien.
Para variar, no es la privación lo que me tiene despierto.
Aunque sé que no soy bueno y la felicidad no es mi fuerte,
la verdad es que no me había sentido así en mucho tiempo
(o eso me gustaría pensar, aunque detesto decirlo).
Nadie quiere para mañana lo que tiene hoy.
Nadie quiere para mañana lo que tiene hoy.
Mañana nunca ocurre, de cualquier manera.
Si me conoces bien, sabes que estoy en casa y a gusto con mi dolor.
Estos emocionantes y vertiginosos momentos son por tanto difíciles de explicar.
Sé muy bien que en cualquier momento la situación podría cambiar.
¿Me estás diciendo que las canciones de amor sólo son buenas
después de la parte en la que los amantes se distancian?
Por la mañana, él se irá para siempre sin decir adiós.
Y cuando la angustia levante su fea cabeza,
yo la miraré a los ojos y la besaré en la boca,
siempre con la frente en alto.
El placer superó al dolor esta vez y estoy orgulloso
de que al menos no me haya pasado de largo.
Nadie quiere para mañana lo que tiene hoy.
Nadie quiere para mañana lo que tiene hoy.
Mañana nunca ocurre, de cualquier manera...
Así es, muchacho.