Nos conocimos en el verano
y caminamos hasta el otoño.
Hablamos en lenguas, sin aliento.
A pesar de lo que digan ellos,
no fue cosa de juventud:
juntos alcanzamos la verdad.
Rostros rasgados cayeron de tu muro
y se quedaron ahí colgando.
Dulce y amargo es lo que encontramos,
así que bébelo de un trago y sal hacia el invierno;
juro que yo estaré ahí.
El frío te despertará, abandonada, y te preguntarás por qué.
Sal hacia el invierno, juro que yo estaré ahí.
El azar está enterrado justo bajo la nieve cegadora.
Te incendias en la fila del pan, entre listones y todo.
Así que sal hacia el invierno,
no llegarás tarde, siempre hay que esperar:
a esta generación, o al camino hacia el muro.
Pero no estoy molesto, ponte en marcha,
camina hacia afuera y sal hacia el invierno...
El frío te despertará, abandonada, y te preguntarás por qué.
Sal hacia el invierno, juro que yo estaré ahí.
Estás ciega, ciega de tanta nieve, ese es el porqué, ese es el porqué.
lunes, 14 de octubre de 2019
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