Junté en un vaso roto
las flores del mal
que dejaste en mi puerta:
tenían sabor a mi propia sangre.
Sí, hoy que tu cabello se ve hermoso,
caballos de gasolina nos llevarán lejos.
Toman impulso
con crines de fuego
y vientres llenos de relojes.
Cuatro toneladas, mudos y sordos.
Somos los pobres perros viejos de Dios.
Sí, hoy que tu cabello huele a luz de sol,
caballos de gasolina nos llevarán lejos.
viernes, 15 de julio de 2016
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