Recuerdo cómo se duplicó la oscuridad,
y me acuerdo de un relámpago
que se golpeó a sí mismo.
Yo estaba escuchando la lluvia,
pero lo que oía era otra cosa.
La vida en la colmena
marcó surcos en mi noche.
Un beso de la muerte,
el abrazo de la vida.
Ahora estoy aquí,
bajo la luna de marquesina...
esperando.
Hablé con un hombre
que estaba junto a las vías.
Le pregunté cómo le había hecho
para no volverse loco.
Él me respondió: "Mira hijo,
nunca seas demasiado feliz.
Y por amor de Dios,
nunca te entristezcas tanto".
La vida en la colmena
marcó surcos en mi noche.
Un beso de la muerte,
el abrazo de la vida.
Ahora estoy aquí,
bajo la luna de marquesina...
titubeando.
Un Cadillac que salía del cementerio
se detuvo frente a mí.
Todos me dijeron: "Sube, sube".
Entonces el Cadillac
volvió a meterse al cementerio.
Y yo me escapé de nuevo.
La vida en la colmena
marcó surcos en mi noche.
Un beso de la muerte,
el abrazo de la vida.
Ahora estoy aquí,
bajo la luna de marquesina...
Pero no voy a esperar más tiempo.
viernes, 15 de julio de 2016
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