Ahora que todos utilizan
la misma expresión que tú solías usar,
ha dejado de parecer sincera.
Y lo más chistoso,
es que esa expresión
ahora te queda de maravilla,
como una playera perfecta.
Tal vez nunca entiendas esta aflicción,
aunque sientas los mismos efectos.
Magullados, tu cuerpo y cerebro
se sienten utilizados casi todo el tiempo,
víctimas de abuso.
Es domingo por la mañana
y estoy con mi hermano en el altar;
hombres vestidos de negro dicen a los jóvenes
cómo tienen que comportarse, y a decir verdad,
no sabes bien lo que ahora estás diciendo.
Hemos sido víctimas de abuso.
Otras personas ven una mala intención,
pero entre más te acercas,
más confundido te sientes:
¿por qué todos saben ahora
lo que es ser víctima de abuso?
Nunca quise mostrarlo...
domingo, 10 de enero de 2016
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