Cuando estaba en San Marcos,
hace exactamente un año,
ellos pudieron haberme
metido a un manicomio,
pero yo tiré todas mis pertenencias
en una bolsa de basura
y me fui a vagar por el mundo.
Mis esperanzas yacen rotas,
como un espejo caído al suelo.
Me veo a mí mismo y en verdad
luzco bastante fragmentado...
Pero he vivido mis sueños destrozados.
El verano más salvaje de mi vida
se me desinfló un neumático
en plena Carretera de la Memoria.
Pero volví después de cinco meses y medio,
y ahora estoy intentando darme a entender...
Ahora estoy aquí, parado,
mientras un dulce ángel sostiene mi mano...
Y he vivido mis sueños destrozados.
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