Cada vez que me visto de traje
me siento como un ex-convicto
intentando regenerarse.
Saco y corbata de mezclilla:
me siento como un farsante.
Como si cada vez que voy a tu casa
fuera a ver qué puedo robarme;
en la fila del supermercado,
detrás de un niño con su madre,
listo para secuestrarlo.
Por eso me gusta enclaustrarme
y sentirme parte de la comunidad;
cada vez que salgo a las calles
me siento como un robot junto a un río.
Solo, en mi habitación
siento la calidez de la comunidad;
pero cada vez que salgo a las calles
me siento como un robot junto al río
con ganas de emborracharme.
jueves, 21 de enero de 2016
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