Sé lo que se siente
estar roto y ser valiente.
Te dije que mi plata
era en realidad oro,
pero ahora somos
muy viejos para tener fe.
Y sé lo que es contemplar
sin nadie que te sostenga.
Es bastante curioso
cómo un estómago sin alimento
puede parecer satisfecho
por estar inflamado e hinchado.
Y tú me atrapaste.
Cruzaba el cielo disparado
igual que una estrella,
pero nunca me dijo nadie
que no me alejara demasiado.
Ahora sólo ves mi silueta:
es por eso que me tienes miedo.
¿Puedo decirte un secreto?
Mis alas están hechas de plástico.
Mis alas son falsas, y yo también.
miércoles, 27 de enero de 2016
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