Estoy acostado en mi cama de hospital.
Dime, hermana morfina, ¿cuándo vas a regresar?
Oh, no creo poder aguantar tanto,
ya ves que no soy tan fuerte.
El aullido de la ambulancia suena en mis oídos.
Dime, hermana morfina, ¿cuánto llevo aquí acostado?
¿Qué estoy haciendo en este lugar?
¿Por qué el doctor no tiene rostro?
No puedo ni arrastrarme por el suelo.
¿No te das cuenta, hermana morfina,
que estoy intentando anotar?
Y todo demuestra que las cosas
no son como parecen.
Por favor, hermana morfina,
transforma en sueños mis pesadillas.
¿No ves lo rápido que desaparezco?
Esta será mi última inyección.
Dulce prima cocaína:
toca mi frente con tu fresca mano.
Ah, hermana morfina,
será mejor que hagas mi cama,
porque tú y yo sabemos
que por la mañana estaré muerto.
Y tú puedes sentarte a mirar
las limpias sábanas blancas
manchadas de rojo.
domingo, 7 de diciembre de 2014
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