No sirve llorar
ni hablar con un extraño
que quiere nombrar
cada uno de tus dolores.
Son muchos momentos tristes,
son muchos momentos malos,
pero nadie sabe en verdad
lo que en ellos se esconde.
Oh, si pudieras
empaquetar tus dolores,
dámelos todos a mí:
a ti ya no te sirven,
pero yo sé cómo usarlos.
Dámelos todos a mí.
No sirve caminar
en la oscuridad,
arrastrando una estrella errante.
Sin alguien a tu lado,
sin alguien que pueda ocultarte,
sin alguien que sepa dónde estás.
No sirve de nada apostar,
correr en la oscuridad
buscando un espíritu libre.
Son muchos momentos horribles,
son muchos momentos largos,
pero nadie ve lo que tú viste.
No sirve vagar,
acostado en la carretera,
buscando una mente satisfecha.
Son demasiados caminos,
son demasiados desvíos,
y detrás de ti nadie te sigue,
Oh, si pudieras
empaquetar tus dolores,
dámelos todos a mí:
a ti ya no te sirven,
pero yo sé cómo usarlos.
Dámelos todos a mí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario