Oh my Lord- Nick Cave & The Bad Seeds

Hoy quise salir a dar un paseo, 
es un error que a veces cometo.
Dormían en sus camas mis hijos; 
mi esposa yacía bien despierta.
La besé suavemente en la frente, 
traté de no hacer mucho ruido, 
pero ella me vio con ojos de piedra
y apretó mi mano delicadamente.
Llámalo premonición 
o tan sólo una loca visión, 
llámalo si quieres intuición 
o algo que mi madre me enseñó, 
el caso es que cuando ella 
me miró, pude ver claramente 
la Espada de Damocles sobre su cabeza.
Oh, Dios mío...
¿cómo Te he ofendido?
Envúelveme en Tus brazos tiernamente, 
oh Dios mío.

Los fans me gritaron detrás del muro,
era algo completamente absurdo.
Me decían que había perdido el hilo, 
que no era el hombre que había sido.
Mantuvieron a sus chicas en lo alto, 
mientras aventaban malvaviscos a los guardaespaldas
y gritaban que me había vuelto muy blando. 
Llámalo intuición, 
llámalo una sospecha malsana, 
pero sus palabras de burla me decían 
que ellos apenas si me conocían; 
pero incluso así, yo pude ver lo mismo
al mirarme a mí mismo:
era la Lanza del Destino que me atravesaba. 
Oh, Dios mío...
¿cómo Te he ofendido?
Envúelveme en Tus brazos tiernamente, 
oh Dios mío.

Y ahora, en la peluquería, 
la gente que va caminando me mira.
Un tipo con cuernos de plástico
oprime su trasero contra el cristal.
Caigo de rodillas, con la manos en el piso; 
de pronto aquí hace demasiado calor...
Alguien me grita: "¿Qué estás buscando?", 
y yo le respondo: "El hilo de la trama". 
Tomo mi teléfono y llamo a casa; 
mi esposa grita: "¡Déjanos en paz!".
"Hey, sólo soy yo", le digo... Y el peluquero
con las tijeras en la mano, sostiene el espejo 
que yo volteo a ver mientras tiemblo:
no puedo creer lo que veo. 

Ten cuidado con lo que pides en tus rezos;
ora con fuerza pero también con mucho cuidado;
porque las lágrimas que ahora estás llorando 
son tus plegarias respondidas...
Las escaleras de la vida
que alegremente vamos escalando, 
se mueven de misteriosas maneras.
Cuando crees que estás ascendiendo, 
a veces en realidad te estás hundiendo.
En las profundidades del glamour, 
donde ellos, con picos, martillos
y cámaras telescópicas, dan otra vuelta al tornillo. 
¡Oh Madre, cómo los odio!
¡Cómo los odio, oh Padre!
Los odio por todo lo que te han hecho. 

Oh, Dios mío...
¿cómo Te he ofendido?
Envúelveme en Tus brazos tiernamente, 
oh Dios mío.