martes, 31 de marzo de 2015

Horse with no name- America

Durante la primera parte del viaje 
busqué todo lo que tuviera vida:
había plantas, aves, rocas y cosas;
había arena, colinas y sortijas. 
Encontré primero una mosca
que zumbaba bajo un cielo despejado. 
El calor era fuerte y la tierra seca, 
pero lleno de ruidos estaba el aire. 

Atravesé el desierto en un caballo sin nombre;
me sentía bien por estar lejos de la lluvia. 
En el desierto uno puede recordar su nombre, 
porque no hay nadie ahí que te lastime. 

Tras dos días bajo el sol del desierto
mi piel empezó a verse rojiza. 
Tras tres días en la diversión del desierto,
busqué un lecho en el río.
Y la historia que me contó aquel río, 
me entristeció al creerlo muerto.

Atravesé el desierto en un caballo sin nombre;
me sentía bien por estar lejos de la lluvia. 
En el desierto uno puede recordar su nombre, 
porque no hay nadie ahí que te lastime. 

Tras nueve días dejé al caballo correr libre, 
porque el desierto se convirtió en mar. 
Había plantas, aves, rocas y cosas;
había arena, colinas y sortijas. 
El océano es un desierto 
que vive debajo de la tierra, 
con un perfecto disfraz encima.
Debajo de las ciudades 
se halla un corazón hecho de tierra,
pero los humanos no aprenderán a amar.

Atravesé el desierto en un caballo sin nombre;
me sentía bien por estar lejos de la lluvia. 
En el desierto uno puede recordar su nombre, 
porque no hay nadie ahí que te lastime. 

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